Las uñas son un tipo de piel modificada cuya principal función es proteger las últimas falanges de los dedos. También proporcionan apoyo para las puntas de los dedos de pies y manos y nos ayudan a llevar a cabo acciones como rascar una superficie.
Hay que prestar un especial cuidado al cortarnos las uñas de los pies, pues un mal corte puede acarrearnos transtornos muy dolorosos, y en los pacientes que llamamos «de riesgo», pueden llegar a ser muy graves.
- Córtese las uñas después del lavado de los pies, estarán más blandas y serán más fáciles de cortar.
- Córtelas horizontalmente. Es aconsejable el rematado de los bordes con una lima, dejando los extremos redondeados (evitar los ángulos en 90º).
- No las deje demasiado cortas. Deje que sobresalga la lámina ungueal (parte visible de la uña) al menos un milímetro por delante del pulpejo (parte carnosa) del dedo.
- Lime las puntas con una lima de cartón (Las metálicas pueden astillar las uñas), haciéndolo desde los lados hacia el centro, con movimientos suaves y continuos.
- No tire de los molestos padrastros.
- No elimine las cutículas. Son la protección natural para que no se dañe la ‘fábrica’ de la uña. El recortado exagerado de la cutícula aumenta la posibilidad de contraer infecciones.
- No las pula con métodos muy agresivos ni abrasivos. De brillo a sus uñas con telas de gamuza acolchadas o similares.
- Si acostumbra a aplicarse esmalte, antes de hacerlo no se olvide de la base protectora. Extienda el esmalte en capas muy finas y espere unos momentos antes de aplicar otra capa.
- Para eliminar el esmalte, oprima la uña durante unos segundos con un trozo de algodón impregnado en quitaesmalte sin acetona.
- Limite el uso de esmaltes y quitaesmaltes.
- Aplíquese cremas hidratantes. Haga que penetren en las uñas mediante masajes.
- Si sus uñas presentan alguna patología, no les aplique ningún producto embellecedor. Empeorará el cuadro.
- Atención fumadores. El tabaco es pernicioso para la salud de sus uñas. Además de retrasar el crecimiento, por un déficit de nutrición al contraer los vasos sanguíneos, también provoca alteraciones antiestéticas, como por ejemplo el color amarillento de las mismas.